La Reserva Biológica “Senderos” se encuentra situada en la cara norte de Sierra Nevada, en el término municipal de Quéntar (Granada), junto a la pedanía de Tocón de Quéntar. Tiene una superficie aproximada de 50 hectáreas en las siguientes coordenadas geográficas en su entrada: Latitud N 37º 14´ 16” Longitud W 3º 21´ 22”.
Geológicamente en la reserva encontramos tres formaciones diferentes, las cuales son: Filitas y pelitas rojas en el sector norte, calizas y dolomías en el sureste y material aluvial junto al cauce del arroyo de Tocón.
Estos sustratos en la práctica afloran en ocasiones entremezclados en distintas orientaciones y pendientes, dando lugar a una buena diversidad de tipos de suelo y por tanto de formaciones vegetales. La vegetación está constituida por un mosaico de encinares y matorrales supramediterráneos y pinares sobre dolomías, en mayor o menor grado de conservación y en algunas zonas afectados y recuperándose del incendio que afectó al territorio en 1992.
Además existen zonas dedicadas al cultivo de secano y unas once hectáreas de regadío en bancales. Estos están intercalados entre los terrenos forestales contribuyendo a la heterogeneidad y diversidad del paisaje vegetal. En la zona baja y bordeando a la reserva existe una corriente fluvial, el arroyo de Tocón, junto a la cual existen cultivos de chopos y nogales además de una diversa vegetación edafohigrófila.
Con una acequia que parte de este arroyo se riegan las diversas parcelas cultivables.
En la reserva existe un nacimiento de agua, con poco caudal pero muy estable. A partir de éste, se han conseguido establecer varias fuentes y albercas que almacenan y mantienen agua durante todo el año, permitiendo en algún caso el asentamiento de una nutrida colonia de anfibios entre los que destaca, por su abundancia, el sapo corredor (Bufo calamita).
Toda esta variedad de formaciones vegetales hace que la fauna sea rica y diversa, con nueve especies de reptiles y otras tanto de mamíferos citados, a los que se suma una gran variedad de aves entre los vertebrados.
En los últimos años se ha detectado un incipiente incremento de procesionaria del pino así como otra preocupante proliferación de orugas que atacan a los brotes tiernos de las encinas.
Desde AGNADEN estamos intentando controlar la progresión excesiva de ambas especies mediante la construcción y colocación de Cajas Nido para aves insectívoras.
La mayor parte de la arboleda está constituida por ejemplares jóvenes que no tienen huecos donde las especies de hábitos trogloditas puedan nidificar. Hasta el momento se han colocado más de un centenar de estas cajas que están siendo ocupadas fundamentalmente por Herrerillos capuchinos (Parus cristatus) Herrerillos comunes y Carboneros comunes (Parus major).
Además de las colocadas por los socios de AGNADEN, se estableció un acuerdo para la colocación de cajas con la Institución Juan XXIII de Granada para que los alumnos de los centros Juan XXIII pudieran participar también en esta actividad.
Desde hace dos años, AGNADEN también ha realizado con sus socios varias repoblaciones con especies autóctonas propias de la zona para tratar de mejorar la recuperación de las zonas afectadas por el incendio de 1992 y para mejorar la cobertura y diversidad de la vegetación.
Nuestra forma de trabajo
Sostenibilidad
Todas nuestras intervenciones se planifican con un respeto absoluto de nuestro entorno.
Ética
Nos guian siempre los valores de honestidad, compromiso y responsabilidad.
Respeto
Nuestros proyectos son duraderos, sostenibles y respetan los tiempos de la naturaleza.
Ayer, hoy, mañana.
Creemos en fijar las bases de un pacto intergeneracional por la naturaleza.
Seguridad
Nuestros voluntarios reciben formación específica para disfrutar de nuestras actividades de una forma segura.
Huella Cero
Cuando salimos a la naturaleza, siempre dejamos los espacios visitados limpios y cuidamos de minimizar nuestro impacto.